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Historias de Pelotaris

Horacio Ricardo “Pocho” Silvetti Una leyenda de este deporte. Bicampeón provincial en el ´64 y ´65. Además fue campeón nacional en 1969.

Publicado: Miércoles, 21 de Febrero de 2018 - 16:23 hs | en: Nacionales
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Nací el 19 de diciembre de 1934 en Rufino, provincia de Santa Fe. Era un pueblo, todos se conocían con todos.


 


Mis viejos se vinieron a Alberdi, justo cuando yo terminé la primaria. Allí pusieron un boliche con una cancha de Paleta. El bar andaba bárbaro porque mi mamá hacía minutas y vendía un montón.


 


Ahí comenzaron a desfilar grandes pelotaris, tal vez hoy leyendas inolvidables. Y mientras ellos jugaban, yo peloteaba contra un frontón. No me cansaba nunca. Recuerdo que había un paisano de apellido Díaz, que fue quien me inició en la competencia de paleta, además de enseñarme algunas de las primeras mañas que fui teniendo a lo largo de mi carrera.


 


Resultó que al tiempo me tomaron en el Ferrocarril y sobre la marcha me vine a Junín porque me salió una vacante. Vivía en la calle Newbery, enfrente del predio.


 


La ventaja que tuve al jugar de chiquito es que después me adaptaba a cualquier cancha. Todas tienen sus cosas, las abiertas que son cortas y largas, las cerradas. Había algunas con el frontón muy alto, otras poceadas.


 


Acá, en los años ´50, había como veinte canchas de paleta o más también. Jorge Newbery, Centro Vasko, San Martín, la del Turco Lorenzo.


 


Comencé representando al Centro Español. Salía siempre a ganar, aun sabiendo que el rival era difícil. No me importaba nada. Me debía a la gente porque jugaban mucha "guita" a mi favor siempre.


 


Fue una época dorada de la paleta con primera, segunda y tercera. Si hasta se había creado un semillero para los pibes que surgían más allá de irse a divertir un rato. Ahí salieron muchos jugadores en el pasado. Pero se perdió todo.


 


Con el Vasco Larrañaga jugué de compañero 16 años y fuimos bicampeones provinciales en 1964 y 65.


 


Una vuelta en Espeleta enfrentamos a Domingo Olitte y Angel Armas quienes habían sido campeones del mundo. Le ganamos por un tanto. La gente no lo podía creer. Hicimos una fortuna, si todos nos jugaron plata en contra.


 


También fui campeón nacional representando al Centro Español en el ´69, en Bahía Blanca.


Jugué en yunta con Jorge Lecumberry, que había venido de San Gregorio a radicarse en Junín.


 


Caminamos kilómetros y kilómetros para conseguir hacer un partido, recorrimos ciudades, pueblos y lugares recónditos para hacer un mango, para poder vivir. A la paleta se jugaba por plata, mucha plata. Existían por ahí en Buenos Aires algunos jugadores federados que, como tenían apoyo de clubes u otros estamentos, esquivaban el bulto y no te querían jugar, pero eran los menos.


 


La paleta es un juego de vivos. Jugué con una mano atada, con las dos manos atadas, solo con el revés de zurda, con un banquito, un zueco, con una botella de anís que se le ponía una extensión de madera para manipularla. Todo sea para embocar algún chambón que picaba porque le parecía que te ganaba y así uno se iba haciendo el mango por los pueblos.


 


Jugué de compañero con El Manco de Teodelina. Le decían así porque se había caído domando, de chiquito, y antes en el campo te ponían una tabla y te ataban así nomás. Y le quedó la muñeca izquierda doblada. Igual le pegaba con las dos manos. Si no jugaba por plata, no jugaba. Una vuelta salimos de recorrida por la ruta dos hasta que llegamos a Mar del Plata, ciudad por ciudad, pueblo por pueblo. Primero nos dejábamos ganar y cuando la gente se prendía nos quedábamos con toda la "guita". Eran otras épocas.


 


El deterioro de los ferrocarriles fue letal para la paleta. Se cerraron los bolichones y las canchas se fueron deteriorando con el paso del tiempo, ya sea por falta de recursos o mantenimiento.


 


En nuestra ciudad quedó una sola cancha, la del club Junín. Pareciera que hay un intento de recuperar este deporte, pero con los tiempos que corren va a ser mucho más difícil.


 


Jugué hasta casi los sesenta años, después no me dieron más las "tabas".

Fuente: Diario Democracia de Junín

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