Espectacular fue el marco en la cancha de Ameghino, se juntaron casi 200 personas a presenciar este encuentro. En este caso Eduardo Ross reemplazaría a Nicolás Ragazoli para reforzar la pareja local y enfrentar a Fernández y Franco. El espectáculo estaba garantizado y las apuestas no se hicieron esperar, (creo que debe ser uno de los lugares en donde mas se juega la plata) Franco y Fernández comenzaron el partido muy imprecisos con un marcador en contra de 4 a 0, el público local por supuesto estaba todo apoyando a Ross y Andrada que era el jugador local. Luego de la desventaja inicial el partido se jugo tanto a tanto teniendo en cuenta algunos piques malos para ambas parejas ya que el piso de la cancha esta muy roto al igual que la pared izquierda. Por los 13 tantos encontramos a las parejas igualadas, y desde allí sacaron una ventaja Fernández y Franco gracias a unos reflejos muy buenos de Fernández y a toda la categoría de Franco. Con una marcador de 22 a 18 siempre a favor de Franco – Fernández y con un partido a 25 tantos este último comete un error gravísimo tratando de llevar una pelota que le había pedido su compañero y no llegando al frontón desde allí encontramos una seguidilla de errores de ambos y mas un pique que sale mal de la pared que deja parado a Franco con ese tanto se ponen a 22 –21 y gracias a una cortada impresionante de Eduardo igualaron el partido en 22, les puedo asegurar que las tribunas se vinieron abajo. Primero se arreglo dejar el partido y jugar la revancha a 22 tantos, pero por insistencias del público definirían el partido a 30 tantos y la revancha la jugarían a 18 tantos. Luego de unos minutos siguieron con el partido y Andrada junto a Ross aplicaron muy buenos golpes para quedarse con el partido por 30 a 26.

La revancha ya estaba acordada y fue de 1 tanto en 18, este partido resulto totalmente distinto y solo fue parejo en los primeros tantos, hasta los 6 tantos fueron tanto a tanto pero luego Fernández aplico muy buenos levantes y Marcelo Franco metió dos cortadas impresionantes y dos cacerolas que dejaron parados a sus adversarios. Con esos tantos se impusieron muy fácilmente por 18 a 9.