paletas guastavino
Noticias | Internacionales
Pelota=Pablo2, la fórmula de Jesuitas

Berasaluze VIII y Fusto ejercen de monitores de mano y pala con los alumnos del colegio bilbaíno

Publicado: Viernes, 22 de Abril de 2005 - 09:46 hs | en: Internacionales
Comentarios A+ A- A
|
Todo el mundo coincide en que la formación es una labor que debe ser realizada por profesionales de la máxima cualificación en todos los campos. En el colegio de los Padres Jesuitas se toman esto tan al pie de la letra que para impulsar la práctica de la pelota en sus alumnos como actividad extraescolar se han hecho con los servicios de dos pelotaris de campanillas, Fusto y Berasaluze VIII. Los dos Pablos aportan sus conocimientos y su experiencia en las canchas a un grupo de ilusionados chavales que tienen en ellos una referencia y un acicate.

Pablo Fusto es el que más tiempo lleva trabajando como monitor. El actual número uno de la pala profesional se incorporó en octubre del pasado año a la escuela de pelota de Jesuitas, pero ya traía consigo un bagaje como preparador. “En Argentina, desde el año 2000 ya venía entrenando a jóvenes en trinquete y frontón”, señala. Fue otro palista, Fernando Gutiérrez, hasta hace bien poco compañero suyo en el cuadro profesional de Eusko Basque y responsable de pelota desde hace cinco años en el colegio del barrio de Indautxu, quien le introdujo para reforzar la sección de herramienta. “Me dijo que se habían apuntado nuevos chavales y que necesitaba ayuda”, desvela el delantero bonaerense, que los días laborables en los que no hay función en el Deportivo (martes, miércoles y viernes) se afana en enseñar a una veintena larga de alumnos los entresijos de una especialidad dificultosa, como es la herramienta. En los siete meses que lleva con ellos ha observado una evolución en sus prestaciones: “Es muy gratificante, lo más bonito que tiene ser monitor. Yo estoy más contento que ellos”.

Se decanta en especial por la labor con los más pequeños, a pesar de que a veces resulta complicado mantenerles 'firmes': “Tienen ganas de divertirse y tienes que aderezar el trabajo técnico con juegos para que no se aburran”. Con ellos, la formación es más a largo plazo: “Intento sobre todo que no adquieran vicios”. Con los mayores, la cosa va más en serio. “Hay que incidir en las técnicas de juego, en cómo estar en la cancha y colocarse bien... es diferente”, agrega Fusto.

El otro Pablo, Berasaluze VIII, lleva unos dos meses desarrollando esta faceta totalmente nueva para él. A principios de curso se impulsó la creación de una sección de mano, de la que en un primer término se ocupó Fernando Gutiérrez. Tras varias gestiones a través de la Federación Vizcaína, su camino se topó con el del berriztarra, que, desde que se trasladó a vivir a Bilbao, tenía ganas de aprovechar su tiempo libre en una actividad relacionada con la pelota. El encuentro ha sido feliz para Berasaluze: “Estoy muy a gusto y motivado, a ver si se van haciendo pelotaris”.

Con todo, el delantero de Asegarce es consciente de que no es una tarea sencilla: “Entrenando sólo un par de días a la semana es difícil que adquieran nivel. Yo les insisto en que deben prepararse por su cuenta todos los días un poquito. La carencia más común con la que se encuentra es el golpeo defectuoso con la mano izquierda y es ahí donde incide: “Casi todos le dan bien con la derecha, pero con la zurda... Se les hace duro, porque muchas veces ni le dan a la pelota. Pero ya aprenderán, y cuando dominen eso, empezaremos a trabajar otras cosas”.

Con Berasaluze, los jóvenes manistas viven sensaciones nuevas para ellos: “A los mayores les enseño a ponerse los tacos, porque muchos de ellos nunca habían jugado con protección y pelota dura. Los pequeños, de momento, juegan con 'goxuas' y no les hace falta”. Encantado en el recinto donde trabajan -“el de Jesuitas es un frontón precioso, lo que hace falta es que los chavales metan horas y horas", apostilla-, el de Berriz confía en que alguno de sus alumnos siga sus pasos: “Sería bonito que saliera un pelotari de mano profesional de Bilbao”

Fusto siente una envidia sana

Pablo Fusto está encantado con poder enseñar lo que sabe de pelota a los más jóvenes e incluso siente una cierta envidia sana de sus alumnos por tener alguien dedicado a su preparación: “Es lo que yo no tuve y siempre me hubiese gustado. Lo mío fue más de autodidacta. Yo he aprendido muchísimo viendo jugar a pelotaris de primera línea e intentando imitarles”. Cree que esto también puede ser positivo para sus discípulos: “Les digo que traten de venir al frontón del Club Deportivo a ver los profesionales”. De hecho, el delantero argentino se ha hecho con un pequeño club de seguidores entre los jóvenes palistas de Jesuitas. “Los más grandes, generalmente, se acercan a verme cuando juego”, comenta satisfecho.


La gran sensanción de la pala apunta que sus pupilos ya le conocían “gracias a los periódicos, igual que a Berasaluze”, aunque remata con cierta ironía que “por la televisión le ven más a él”

38 chavales se citan en el colegio de Indautxu

Un total de 38 son los chavales de entre 8 y 17 años que integran la escuela de pelota de Jesuitas. Una decena se dedica sólo a la mano, otros quince se inclinan por la herramienta y el resto combinan ambas modalidades. Al inicio del presente curso se quiso dar un impulso a este proyecto extraescolar y los responsables del mismo lo tenían claro. “Buscaban pelotaris profesionales para dirigir a los chavales porque era mejor en cuanto a imagen, por la repercusión que podía tener dentro y fuera del colegio”, explica Fernando Gutiérrez, coordinador de pelota en este centro educativo y también ex profesional de la pala hasta hace unos meses



Fuente: Diario El Mundo Deportivo

Comentarios en esta noticia

Aún no se han publicado comentarios... ¡Se el primero en comentar!