Pablo Hernán Fusto. Este nombre, prácticamente desconocido hace apenas un año para los aficionados del Deportivo, ya es uno de los fijos en los estelares del recinto situado en Alameda de Rekalde. El argentino ha causado sensación y es el colíder, junto a Gaubeka, del Individual de pala. El alto nivel que ha adquirido impresiona, sobre todo por sus orígenes, ya que, como él mismo apunta, en su país competía con «pelota de goma y paletas livianas, de 560 gramos. Sólo había jugado con pelota de cuero en las competiciones internacionales y la pala corta la había cogido dos veces en mi vida». Por ello, no es de extrañar que se llevase un pequeño “shock” cuando, a inicios de octubre de 2003 fue a entrenar a Gernika y Luján le prestó una herramienta que pesa en torno a un kilo. «Vino y me dijo “toma, esto es una pala”. Yo no sabía ni como era una pala, la cogí y pensé que no iba a poder con ella. Me paré en el trece, pegué el primer pelotazo y no llegué ni al frontis (la cancha mide 55,60 mts), y a los quince días debuté contra Juan Pablo», recuerda Fusto. Para su estreno, que tuvo lugar el 16 de octubre, el bonaerense tuvo como compañero a Garrido y la cosa le fue bien, ya que venció a pesar de que «estaba algo nervioso».

Seis meses parado

Las cosas empezaron poco a poco a funcionar a este delantero, pero el 3 de enero tuvo que regresar a su país y lo que, en principio iban a ser unos trámites burocráticos que estarían resueltos en un mes, se alargaron durante medio año. «Con el cambio de gobierno en Madrid, todo se atrasó aún más, allí entrené en solitario durante un mes y en frontón de 36 metros porque apenas tenía material. Lo que sí hice fue prepararme muy bien en el gimnasio».
Este palista admite que, dadas las anteriores circunstancias, «ha sido una sorpresa para mí conseguir en un mes un mejor juego que el que tenía antes de marcharme» y a la hora de desvelar el porqué de su mejoría menciona su competitividad. «No me gusta perder ni cuando juego a cartas contra mi madre», advierte.

En busca del número uno

Ahora, uno de sus objetivos consiste en seguir su evolución ya que apunta que «puedo llegar a ser el número uno del cuadro. Es mi aspiración, ser el mejor, tanto en Individual como en Parejas y creo que tengo tanto cualidades físicas y técnicas para ello». Del mismo modo, este argentino residente en Bilbao intenta abstraerse de la incertidumbre acerca del futuro del Deportivo y apunta que «entre nosotros no hablamos del tema. Yo no pienso en esta posibilidad, aunque obviamente sería una pena que desapareciese la pala».